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Una historia de aparatos para vía aérea

Mike Rubin

"Deberías estar pensando: vía aérea, vía aérea, vías aérea". Fue lo que me dijo un paramédico después de mi primer caso de paro cardíaco como técnico básico a principios de la década de 1990. Él estaba criticando mi actuación en la parte que sucedió antes de su llegada. Mi paciente recibió O2, desfibrilación y RCP, pero no una cánula orofaríngea.

Ese paramédico tenía razón al recordarme que mi máxima prioridad, antes de que los ABCs se convirtieran en CABs, era la vía aérea. Claro que esto ocurre naturalmente en la mayoría de las personas, pero se suponía que los paramédicos y los técnicos la abrían cuando los pacientes no podían. Todavía lo hacemos con una variedad de dispositivos que tienen dos cosas en común: un linaje que se remonta a casi dos siglos de antigüedad y versiones modernas que son más conocidas por sus acrónimos.

No podemos cubrir cada invento y marca sin volvernos molestamente enciclopédicos, pero es entretenido comparar los dispositivos de la vía aérea actuales con sus prototipos. Lo que significó comenzar en el siglo XIX, justo cuando se descubrió la anestesia. Gracias a Dios por eso. En ese entonces, las cánulas no solo se insertaban simplemente, si no que eran infligidas. Algunos primitivos dispositivos parecen haber sido inventados por algún plomero trastornado.

'Creo que dejé mi caja de vía aérea junto al orinal del paciente'

Así es como podían haber explicado la pérdida de una caja de vía aérea a mediados del siglo XIX si hubiera habido paramédicos olvidadizos en esos días. Suponiendo que yo cabalgara un veloz caballo tirando de una sigilosa carreta para recuperar mi caja de vía aérea, esto es lo que podríamos haber encontrado en su interior (nota: mire todas las imágenes aquí):

Auxiliar para intubación de Leroy (Figura 1): Este introductor de tubos endotraqueales de 1827, es aún más aterrador cuando nos enteramos que su inventor fue un urólogo. La buena noticia es que la Academia Francesa de las Ciencias y la Royal Humane Society tuvieron la decencia de prohibir el artilugio. ¿Las malas noticias? En su lugar prescribieron para los pacientes "calentamiento, cosquilleo y frotamiento" también.

Glotiscopio de Babington (Figura 2): El diagrama, de 1829, puede ser más aterrador que el aparato mismo. Se supone que muestra en un extremo un depresor lingual y un espejo en el otro, pero es difícil saber cuál es cuál. ¿Las gargantas de las personas eran más grandes en ese entonces? La única manera en que puedo imaginar el uso de este instrumento de terror, es en víctimas decapitadas.

Laringoscopio de García (Figura 3): En 1854, cuando todavía faltaba medio siglo para la laringoscopia directa, Manuel García inventó un laringoscopio indirecto: solo con un par de espejos, uno de los cuales desviaba la luz del sol hacia el otro por encima de la glotis. Su uso es más fácil si está observando una orofaringe que resulte ser la propia, como lo demuestra García, sin presentar reflejo vagal.

Vía aérea de O'Dwyer (Figura 4): El dispositivo de Joseph O'Dwyer, presentado alrededor de 1885, se asemejaba a una mascarilla supraglótica moderna, excepto que la punta, de tamaño variable, está destinada a asentarse en la glotis. Hmm... este artilugio necesita su propio acrónimo.

Equipo de intubación de O'Dwyer (Figura 5): Joey O. estaba de regreso con un kit pediátrico que cuenta con cilindros de metal e introductores a ciegas. La parte "a ciegas" exigía habilidades táctiles y la voluntad de usar tus dedos favoritos como bloqueadores anti mordida.

Tubo endotraqueal de Kuhn (Figura 6): A principios de siglo, Hans Kuhn mejoró el equipo de O'Dwyer, desarrollando un TET flexible de metal, con su propio introductor. Apuesto que esos anillos de metal dañaron más los tejidos blandos que un bougie hecho de cactus.

Autoscopio de Kirstein (Figura 7): ¡Finalmente, una forma de visualizar las cuerdas! En 1895, el invento de Alfred Kirstein comenzó como un endoscopio accidentalmente colocado en la tráquea de un paciente. ¿Quién iba pensar que las circunstancias opuestas se convertirían en el peor resultado del manejo de la vía aérea?

¿Roosevelt o Hoover? ¿Mac o Miller?

Podríamos llamar a la primera mitad del siglo XX la era de la cánula orofaríngea.

El anestesiólogo Frederic Hewitt, en 1908, introdujo el primer adyuvante moderno para la vía aérea, una boquilla de metal unida a un tubo de goma recto (Figura 8). Hewitt pronto modificó su diseño curvando y alargando el tubo, lo que dio a otros anestesiólogos la idea de administrar medicamentos a través de él. El sitio donde terminaron esos medicamentos fue tan preciso como colocar un acceso intravenoso en absoluta oscuridad.

La invención de Hewitt condujo al desarrollo de cánulas orofaríngeas curvas, plásticas y desechables que siguen siendo populares hoy en día: la cánula de Guedel en 1933 y el modelo Berman con canales laterales en 1952. Yo no era un gran admirador de ninguna de las dos hasta muy tarde en mi vida médica útil, cuando inserté una (no recuerdo cuál) en la orofaringe de un anciano, con fibrilación ventricular refractaria a dos descargas. El tipo se despertó (sin reflejo nauseoso) y quiso saber por qué alguien le golpeaba el pecho. Tuve que convencerlo de que todavía necesitaba ir al hospital.

Posteriormente exploré las posibles conexiones entre la inserción de una cánula orofaríngea y el retorno de la circulación espontánea. Encontré dos estudios que relacionan la estimulación vagal con un aumento en el umbral de la fibrilación ventricular (consulte los artículos de Yoon y Waxman en la sección recursos). ¿Por qué no se les enseña sobre esto a los paramédicos?

Me imaginé toda una campaña publicitaria sobre las propiedades salvavidas de las cánulas orofaríngeas, conmigo como portavoz nacional, pero en su lugar, me conformé con una taza de café con mi jefe.

A principios de la década de 1900 también se produjeron importantes avances en la laringoscopia, comenzando con el endoscopio de Chevalier Jackson en 1920 (Figura 9). La foto muestra tres vistas (no tres partes) del mismo instrumento. Lo que no puedes ver es la punta con una bombilla de tungsteno que realzaba el diseño de Kirstein.

El laringoscopio de Jackson fue probablemente la inspiración para dos famosos, Robert Miller y Robert MacIntosh, que introdujeron las hojas rectas y curvas en 1941 y 1943, respectivamente. MacIntosh sintió que su modelo era superior, ya que tenía menos contacto con la epiglotis, pero elegir entre los dos, sigue siendo una cuestión de preferencia personal para el resto de nosotros.

A medida que la intubación endotraqueal se volvió más sofisticada, también lo hicieron los dispositivos supraglóticos. El primero que se parecía mucho a un dispositivo supraglótico contemporáneo fue el Faringeal Bulb Gasway de Beverly Leech de 1937 (Figura 10). En su mayoría de metal y relativamente inflexible, la "bombilla" de Leech fue la inspiración para los sellos inflables de plástico modernos.

Stayin’ Alive

Para cuando los Bee Gees vendían la fiebre disco desde Brooklyn hasta Brisbane, los supraglóticos ya no describían con precisión a la mayoría de dispositivos de inserciones a ciegas. Debido a que esos dispositivos fueron diseñados para ocluir el esófago por debajo del nivel de la glotis, el término extraglótico se volvió más preciso. Solo explico todo esto en caso de que le digan "dispositivo supraglótico" en lugar de "dispositivo extraglótico" a un médico o terapista respiratorio con trastorno obsesivo compulsivo.

El primer dispositivo supraglótico (lo siento, dispositivo extraglótico) utilizado por los proveedores prehospitalarios fue el obturador esofágico (Esophageal Obturator Airway, EOA por sus siglas en inglés. Figura 11), introducido en 1968. A esto le siguió el tubo gástrico esofágico (Esophageal Gastric Tube Airway, EGTA por sus siglas en inglés) en 1979. Eran similares a los populares dispositivos King de la actualidad.

Los EOA y EGTA ya estaban desapareciendo en 1992, cuando comencé a cubrir. Nunca los usé, pero conozco a alguien que sí. Conozcan a Roger Swor, paramédico durante 45 años de la Clínica Mayo en Duluth, Minnesota. A manera de perspectiva, el número del registro nacional norteamericano (NREMT) de Swor es 308. Hubiera sido aún más bajo si los números no se hubieran asignado alfabéticamente ese primer año.

Le pregunté a Roger qué era lo que más recordaba de los primeros dispositivos para la vía aérea.

"Eso es fácil", respondió "Vómito".

Me explicó: "No éramos muy buenos para mantener las ventilaciones con BVM fuera del abdomen. Tenía que ver con el equipo, la educación y la experiencia. No sabíamos inclinar la cabeza, observar el tórax, el abdomen, ni escuchar los sonidos pulmonares".

"Esos originales dispositivos no eran tan flexibles como los modelos King que usamos ahora. Las aberturas laterales en el King también están mejor ubicadas".

Swor siente que la educación sobre el manejo de la vía aérea ha mejorado tanto como los dispositivos. "Tenemos una ambulancia de entrenamiento con maniquíes especiales que cuestan miles de dólares cada uno", dice. "Respiran, tienen pulso, son increíbles. Es como la noche y el día en comparación con lo que solíamos tener".

Me es tentador referirme a los dispositivos extraglóticos, como el tubo King, el Combitubo o las mascarillas laríngeas, como los dispositivos para vía aérea más versátiles que se popularizaron durante mis 29 años en el SEM, pero me declino por la videolaringoscopia, introducida en 2001. Swor está de acuerdo... más o menos. "Solo desearía que algunos de esos proveedores de evacuación aeromédica pasaran menos tiempo en el suelo con esos juguetes elegantes cuando están con nosotros", dice.

Visualizando las cuerdas y el futuro

Cuando me convertí en paramédico, en 1995, la intubación endotraqueal era el estándar de oro en el manejo de la vía aérea. Todavía lo es, solo que no tanto para los proveedores de SEM. Los resultados decepcionantes y las pocas oportunidades de practicar con pacientes vivos, hacen que los proveedores prehospitalarios sean más dependientes de los dispositivos extraglóticos. ¿Existe alguna manera práctica para que los paramédicos recuperen su estatus del siglo XX como expertos en vía aérea mientras minimizan riesgos?

Estoy pensando en la ecografía en el sitio de atención (Point of Care Ultrasound, PoCUS por sus siglas en inglés). No soy el único. Un artículo en 2019 de Osman et al. destaca estos beneficios del PoCUS como monitor durante el manejo de la vía aérea:

  • PoCUS no es invasivo.
  • Puede ayudar a evaluar la anatomía y predecir intubaciones difíciles.
  • La curva de aprendizaje es llana.
  • Esta tecnología tiene muchos otros usos clínicos.

Mi única experiencia con el ultrasonido fue al recibir una limpieza profunda por mi dentista. No he analizado los pros y los contras de agregar otro costoso equipo a nuestras ambulancias, pero no me importaría estar a la vanguardia de una iniciativa no invasiva para mejorar el manejo prehospitalario de la vía aérea.

Y todavía estoy abierto a una oferta de patrocinio por las cánulas orofaríngeas.

Recursos

Donen N, Tweed WA, Dashfsky S, Guttormson B. The esophageal obturator airway: an appraisal. Canadian Anaesthesia Society Journal, 1983 Mar; 30(2): 194–200.

Doyle J. A brief history of clinical airway management. Anestesiologia, 2009 Apr–Jun; 32(1): 164–7.

Goldenberg IF, Campion BC, Siebold CM, et al. Esophageal gastric tube airway vs endotracheal tube in prehospital cardiopulmonary arrest. Chest, 1986 Jul; 90(1): 90–6.

Hernandez M, Klock PA, Ovassapian A. Evolution of the Extraglottic Airway: A Review of Its History, Applications, and Practical Tips for Success. International Anesthesia Research Society, 2012 Feb; 114(2): 349–68.

Matioc AA. An Anesthesiologist’s Perspective on the History of Basic Airway Management: The “Modern” Era, 1960 to Present. Anesthesiology, 2019 May; 130(5): 686–711.

Matioc AA. An Anesthesiologist’s Perspective on the History of Basic Airway Management: The “Preanesthetic” Era—1700 to 1846. Anesthesiology, 2016 Feb; 124(2): 301–11.

Matioc AA. An Anesthesiologist’s Perspective on the History of Basic Airway Management: The “Progressive” Era, 1904 to 1960. Anesthesiology, 2018 Feb; 128(2): 254–71.

McIntyre JWR. History of Anaesthesia—Oropharyngeal and nasopharyngeal airways: I (1880–1995). Can J Anaesthesia, 1996; 43(6): 629–35.

Osman A, Kok MS, Wahab SFA. Focused airway ultrasound: an armamentarium in future airway management. J Emerg Crit Care Med, 2019 Aug; 3.

Reilly E, Walters B. A Brief History of the Endotracheal Tube. Emergency Physicians Monthly, 2020 Nov 9; https://epmonthly.com/article/a-brief-history-of-the-endotracheal-tube/.

Waxman MB, Sharma AD, Asta J, et al. The protective effects of vagus nerve stimulation on catecholamine-halothane-induced ventricular fibrillation in dogs. Can J Physiol Pharmacol, 1989 Jul; 67(7): 801–9.

Yoon MS, Han J, Tse WW, Rogers R. Effects of vagal stimulation, atropine, and propranolol on fibrillation threshold of normal and ischemic ventricles. Am Heart J, 1977 Jan; 93(1): 60–5.

Mike Rubin es paramédico en Nashville y miembro del consejo asesor editorial de EMS World. Puede contactar con él mediante mgr22@prodigy.net

Traductor

Daniel Peñaflor JamaicaDaniel Peñaflor Jamaica

Daniel es Técnico en Emergencias Médicas Nivel Avanzado, con especialidad como paramédico de vuelo y cuidados críticos, inició su carrera como paramédico hace más de 15 años. Es director y CEO de DHO Premier Medical Service, actualmente se desempeña como facilitador en formación de paramédicos avanzados y de cuidados críticos prehospitalarios, así como instructor de cursos de trauma, vía aérea difícil, enfermería de urgencias; así como instructor NAEMT. Trabajó por 10 años como paramédico operativo, paramédico de vuelo y supervisor en un sistema de urgencias estatal de alta demanda.

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